Desde Economistas cristianos hoy traemos un artículo de total actualidad, la gran estafa del precio de las mascarillas.
El gobierno socialista impuso hace unos meses el uso obligatorio de mascarillas en todos los espacios públicos del estado español con el fin de que todos los ciudadanos estuviesen “protegidos” y no transmitieran el virus a terceros.
Para garantizar que todos los ciudadanos tuvieran acceso a ellas y no se especulara con este bien, impusieron un precio máximo de 0,95€/unidad.
Lo que realmente no sabían desde el ejecutivo es que la producción de estas mascarillas se estaba incrementando a ritmos acelerados incrementándose asi la oferta mundial, con lo cual al ser un bien homogéneo y tener un coste de producción bajo. El precio de la mascarilla iba a ser bastante económico.
Ante esta situación el gobierno se limitó a decir que las mascarillas debían estar homologadas y tener un distintivo de calidad de la UE, pero en ningún caso ni el consumidor ni si quiera las autoridades exigieron tal homologación a los ciudadanos, solo los entes públicos al adquirirlas solicitaban este requisito.
Este es uno de los ejemplos en los que imponer un precio máximo irrelevante perjudica al consumidor, ya que los innumerables comercios que suministran mascarillas a los consumidores no garantiza una mascarilla homologada, ni el consumidor tiebe constancia de dicha homologación.
Los comercios adquieren mascarillas a un precio pauperrimo, el coste estimado de producción es de aproximadamente 7 centimos y el de comercialización entre 15 y 20 céntimos, estos comercios en vez de competir entre ellos para atraer al consumidor al ser la mascarilla un bien homogéneo y competir al menor precio de venta posible, se limitan a poner el precio máximo estipulado por el gobierno obteniendo por ese bien un gran margen, siendo el consumidor el perjudicado ya que si hubiera competencia el consumidor podría obtener la mascarilla a un precio mucho menor.
Este es un claro ejemplo de la mala gestión económica del gobierno, ya que con el fin de garantizar el aprovisionamiento de mascarillas se impuso el precio máximo, pero lo único que han conseguido es que por un bien se esté pagando varias veces por el.